Soneto de Rigor

Prestad ateción si quereis saber
esta historia con triste moraleja
en el Bar donde fuimos a beber
entró partiendo plaza una vieja.

Traía un pantalón pegado a la cadera
y por las lonjas le colgaba toda la jalea.
Al chile yo pensé que era camionera
¡ay wey que pinche vieja mas fea!

¡Mesero, traiganos mas cerveza!
que apenas comienzan los sonetos
a mi se me olvidaba que soy de la nobleza
y ella me echaba ojitos pispiretos.

En este mundo ya no hay decencia
pues del pantalón le salía una tanga verde
y yo en el ocaso de mi conciencia
la empezé a ver con ojo alegre.

Cuando eran 15 las cervezas
que se pone a bailar reggaeton
entonces dije "¡chingue su madre!"
y que le empiezo a arrimar el camarón.

Me coqueteaba con un brutal desempacho
y yo hizé uso de toda mi abnegación
mas yo creo que me puse bien borracho
pues a las 20 perdí toda la razón.

Nos fuimos a terminar la farra
todos juntos a casa de un cuate
en eso que me mete a un cuarto
para inciar su mortal embate.

Cuando desperté solo había una cortina tirada
se fué y me dejó una cruda moral.
También dejó otra sorpresa la muy desvergonzada
no era cortina era su tanga de hilo dental.

Perdonadme por esta triste proeza
juro que no vuelvo a perder el control
si quereis saber la moraleja:
No hay persona fea solo falta de alcohol.

¡Ay de mi con esta gata!
que me violó de una manera artera.
¡Hija de su pinche madre!
Se llevó también mi cartera.